A todos los que aún seguimos aquí batallando en el fragor de los días
La garúa cae como menudas chispas de colores
El aire resopla en mis sentidos tu presencia
Vuelvo a extrañarte una vez más
Te conviertes en el artificio
Para abstraerme de la conciencia de estar vivo
Y entonces siento tus manos azules
Deslizándose suavemente por la selva de mis cabellos
Veo tu mirada en el mínimo reflejo de luz
Y escucho tu voz como eco en el silencio
Apaciguando esta indomable certeza de tu ausencia
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