DIEZ Y OCHO AM

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Las diez campanadas ya tocaron en la catedral
Las bocinas aturden los oídos en el cercado
Los titulares no distan de los de siempre
Un pasacalle con espárragos y zanqueros
Invaden la plaza mayor
A muchas cuadras de allí
Cuando la ronda del minutero
Completa su octavo círculo
Los galenos con mucho cuidado
Te alzan en sus manos
En tu primer contacto con la atmósfera
Tu llanto viaja rápidamente
Por cada una de mis venas
Testigo de tu génesis
Te contemplo como en mis sueños
Indescriptiblemente me siento levitando
Mis células segregan endorfina a discreción
La sonrisa asalta mi rostro
Tu madre está nerviosa
Pero también sonríe
Satisfecha por el milagro de la vida

1 comentarios:

Y0 dijo...

Pero, ¿cómo se llama el milagro pues?